Ignacio Porras, nutricionista y director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Nutrición y Alimentos Reales (Sanar) adelantó que en marzo estaría disponible la reglamentación de la ley de Etiquetado Frontal que se sancionó recientemente y aseguró que es muy difícil para un consumidor identificar si un producto es falsificado o está adulterado.
En Siete Colores, por FM 97 UNE profesional de la salud explicó: “Para cualquier consumidor o consumidora es muy complejo reconocer cuando un alimento está falsificado o que puede llegar a estar adulterado” y por ello destacó la importancia de “leer la denominación de los productos porque después el marketing hace su propia magia”.
“No estamos acostumbrados pero es importante leer la denominación de los productos, que por normativa debe estar visible en la cara principal del producto. Y al mismo tiempo exigir al Instituto Nacional de Alimentos que sea más exigente, más específico con la industria alimenticia, porque hay veces que las denominaciones no son las más apropiadas” advirtió Porras.
Además, el profesional de la salud pidió un “sinceramiento de los organismos de control y de la industria alimentaria en este tema. Pues muchas veces hay cosas que se llevan adelante, respaldadas por el código alimentario. Y este códex no es, nada más ni nada menos, que la Industria Alimentaria decidiendo que está bien y que está mal. Pero es la autoregulación a escala mundial que después se graba en al código alimentario de cada país».
Por otra parte, el profesional de la salud señaló que la ley de Etiquetado Frontal «sólo advierte el exceso de nutrientes críticos presentes en los productos ultraprocesados» y subrayó: «que algo que define a un producto ultra procesado también es la presencia de aditivos. Esta fantasía de que comemos lago diferente, cuando en realidad comemos una harina refinada de un cereal, azúcar, sal y grasa con una mezcla de aditivos que nos prometen texturas diferentes”.
“Es decir que, hoy la diferencia entre los productos que consumimos son los aditivos, y esa es una industria muy grande. Hoy, no hay frutas ni chocolate en las galletitas que hay en el mercado», concluyó.
