Se presentaron en su taller y lo secuestraron. Su hijo hizo la denuncia, la Policía Federal trabajó, investigó y logró rescatarlo en Virrey del Pino.
Cerca de las dos de la tarde del día de ayer, los delincuentes se hicieron presentes en su taller ubicado sobre la avenida Nazca al 3.000. Éstos aseguraron tener un problema con el auto y le solicitaron ayuda a uno de los dueños del local que, al salir a la vía pública, fue obligado a entrar al vehículo a punta de pistola.
Al paso de unos minutos, llaman al hijo de la víctima con un claro pedido: 30.000 dólares a cambio de la libertad de su padre. Éste, desconcertado, decidió hacer la denuncia mientras seguía recibiendo llamadas en las cuales se escuchaba la voz de la víctima y disparos de un arma de fuego de fondo.
Coordinado entre esta cartera de Seguridad y la Fiscalía a cargo del Dr. Di Lello, se impulsó una exhaustiva investigación. La Policía Federal Argentina, institución comandada por Néstor Roncaglia, desplegó numerosas tareas de campo con el objetivo de localizar el origen de las llamadas. Así fue
La geolocalización de las mismas arrojó como posible lugar la localidad de Virrey del Pino, provincia de Buenos Aires. Mientras tanto, los criminales siguen extorsionando a los familiares de la víctima solicitando primero 30.000 dólares, para bajar a 6.000 y después a mil.
Con la profundización de las tareas, móviles de la fuerza federal se desplegaron en las inmediaciones del lugar a la espera de novedades. Alrededor de las 2.30 hs de la madrugada, los criminales hacen una nueva llamada. Se comunican con la víctima, que había juntado cerca de 150.000 pesos entre moneda nacional y dólares, y le ordenan que se dirija a un corralón en Blas Parera y Ruta 3, Virrey del Pino. Allí recibiría nuevas instrucciones.
El personal de la fuerza montó un anillo de seguridad discreto sobre el hijo de la víctima, mientras que móviles de la Policía continuaban patrullando la zona. Al paso de unos minutos, un Ford Ka aparece desde un lugar cercano al origen de las llamadas. Se lo siguió sigilosamente.
Al cabo de unas cuadras, este vehículo deja a la víctima atada de pies y manos en la calle, recoge el dinero y emprende su fuga. Los policías interceptaron su marcha, pero no acataron la orden de “alto policía”. Continuaron su fuga intercambiando disparos con los oficiales.
Durante todo el trayecto, móviles de la fuerza se sumaban a la persecución, lo que generó que el Ford Ka baje la velocidad y dos de los acompañantes descendieron del vehículo y se dieron a la fuga disparando su arma de fuego. Uno de ellos fue herido y detenido en el lugar, el otro, minutos después, a varias cuadras del suceso.
En cuanto al conductor fue interceptado por otro auto de la PFA metros más adelante. El operativo culminó con la desarticulación total de la banda de secuestradores y el secuestro de un arma de fuego, dinero en efectivo, celulares y más documentación probatoria del delito.
