Si es verdad que el artista siempre deja algo de sí mismo en sus obras, en el caso de la lanusense Mía Paz sus pinturas transmiten luminosidad, frescura, energía, las mismas cualidades que se advierten al comenzar una charla con ella, y profundizar aspectos de su matriz creativa y sentimientos.
Nacida en Lanús, Miriam Cutrone, descubrió a muy temprana edad su placer por el dibujo y la pintura y desde allí nunca dejó de transitar y explorar cada corredor artístico de su ciudad hasta convertirse en Mía Paz, una consumada artista plástica que ama pintar como resumen de su vida.
“Soy autodidacta, y si bien de adolescente incursioné en escuelas de arte, fue en la etapa adulta, tras la crianza de mis hijos, en la que estudié, me dedique a full a esta actividad en forma metódica y profesional y definitivamente dejó de ser un hobbie”, relató la artista en su atelier, rodeada de óleos y acrílicos.
Con serenidad admite que cuando pinta en realidad no piensa lo que quiere transmitir, aunque también imagina o sueña colores y luego trata de plasmarlos en el paño. “Con la pintura busco mostrar algo del alma, de como soy. La prioridad es que lo que hago me guste a mí y recién después advierto la reacción que provoca en la gente, y hasta hoy es muy gratificante lo que recibo a modo de devolución”, sentenció.
Creativa y libre en extremo, Mía Paz trabaja con óleos, acrílicos y mucha textura a través de su espátula. Y si bien en la actualidad dice sentirse bajo el dominio de los colores fuertes y el estilo abstracto, en oportunidades optó con intervenir sus obras con textos, sirviéndose de piezas literarias o simplemente frases que la identificaran.
“Lanús para mi tiene su encanto para pintar y siempre lo voy a hacer aquí. Me gusta mi ciudad y me agrada tomar aquellas pequeñas cosas que muchos no ven y a mi me quedan en la memoria fotográfica, desde donde las traslado a los cuadros”, dijo orgullosa y concluyó “definitivamente Lanús es mi lugar”.
