Esta es una historia de compromiso, de responsabilidad, de entrega, de vocación y de mucho amor. Los protagonistas podrían ser 16 niños que presentan desafíos en la movilidad, pero lo son también sus docentes y las familias.
En un barrio que conoce de solidaridad, sobre la calle 70 entre 142 y 143, de Los Hornos, el Jardín de Infantes N° 963 fue, a lo largo de su historia, el lugar ideal para que los chicos pudieran crecer y aprender.
Pero desde hace casi dos décadas el Jardín comenzó a fortalecer el proceso de inclusión. Fue en el año 2010, cuando ingresó al establecimiento un estudiante con discapacidad. La nueva realidad demandó un trabajo pedagógico distinto al que se desarrollaba hasta el momento con el fin de que pudiera adaptarse.
La dedicación de las docentes permitió continuar la tarea con éxito y pronto el barrio pudo reconocer los resultados obtenidos por la institución. El desafío fue dar vida a una tarea que se pudiera realizar en forma permanente y sostenida.
Al año siguiente otros niños llegaron al jardín y la labor docente siguió creciendo en este sentido. “Los docentes y el equipo de inclusión con el que contaban hizo fácil la tarea”, asegura Marcela Sejas, actual directora del establecimiento.
De los 211 alumnos que ingresaron en el ciclo lectivo 2018, 16 cuentan con algún tipo de discapacidad.
Articulación con escuelas
La tarea del Jardín se lleva a cabo también en articulación con algunas escuelas de la zona como la 527, 512 y 515. Además, la directora cuenta que “trabajamos con ayuda del equipo de orientación escolar para el diagnóstico y derivación”.
Pero el barrio tiene otra particularidad. A pocas cuadras se encuentra emplazada la Unidad Penitenciaria N° 33 donde muchas mujeres detenidas cuidan de sus hijos menores hasta que cumplen los 4 años. La mayoría de esos niños están escolarizados en el 963.
Para muchos chiquitos la primera salida de la cárcel fue el jardín donde fueron socializados.
Estas características le dieron una impronta particular al establecimiento y, por lo tanto, demandó mayor compromiso de las maestras.
A lo largo del año, el jardín trabajó en torno del proyecto institucional de inclusión. Desde los actos escolares, las actividades con las familias y la participación en proyectos como los denominados juegos motores, el establecimiento lleva a cabo acciones que permitan convertir a todos en parte de su historia.
Si bien a lo largo de los años se fueron incorporando modificaciones y elementos que hicieran más fácil la tarea de inclusión, en el patio de juegos hacían falta las hamacas que fueron recientemente incorporadas.
Los nuevos juegos fueron inaugurados durante un acto en el que estuvo presente el Director de Educación Inicial de la Provincia, Marcos Rosenfeld.
