Así lo confirmaron un grupo de estudiantes de la Universidad de Moreno, quienes en el dia de ayer reclamaron ante otro grupo de estudiantes que no se tome la casa de altos estudios.
Según varios grupos de alumnos, identificaron a los que impulsaron la toma como representantes del Partido Obrero y al MST, y en el hall central de la universidad llevaban a cabo una asamblea cuando otra gran masa de estudiantes lograron irrumpir y parar la votación al grito de «No Queremos La Toma».
Cabe recordar, que otra de las polémicas se generó en la Universidad de Buenos Aires (UBA) de Psicología donde otro grupo logró tomar el establecimiento, en el que otro gran parte del alumnado también se opone a esta medida.
Palabras de la Universidad
En tanto las autoridades de la UNM, explicaron «manifestamos nuestra preocupación y sorpresa al intento de toma de la UNIVERSIDAD NACIONAL DE MORENO en el día de ayer por parte un grupo minoritario de estudiantes y con el apoyo de personas que no pertenecen a esta comunidad universitaria, a partir de una asamblea autoconvocada que desconoce a sus legítimos representantes y colectivos que vienen sosteniendo medidas y acciones tendientes a visibilizar los difíciles momentos que vive la educación pública en todos sus niveles, junto al reclamo de justicia por la muerte de dos trabajadores en la Escuela N° 49 “Nicolás Avellaneda” de Moreno y el aberrante suceso que sufriera la docente secuestrada y torturada en días pasados».
«Entendemos que la toma impulsada y la convocatoria a una nueva toma por estos actores y contra lo manifestado por la comunidad universitaria por diferentes medios resultan medidas innecesarias y ponen en riesgo el normal funcionamiento de la Universidad y atenta contra la libertad de expresión y el debate plural y legítimo que esta comunidad universitaria sostiene» añadieron al escrito.
Luego, concluyeron «en síntesis, es necesario construir nuevos modos de resistencia, lucha y sensibilización de la sociedad, que impliquen no aislarnos en el paro de actividades, la pérdida de clases y de contacto con los muchos colectivos que conformamos y, lo que es peor, el desaliento a los estudiantes de continuar sus estudios, impidiendo, así, un mayor grado de conciencia de la sociedad con estas cuestiones y demandas legítimas que nos afectan a todos, porque sin universidad pública no hay futuro».