En el marco de la investigación en la Justicia Federal de Morón, el juez federal Martín Ramos citó a indagatoria a la cúpula del Sindicato de Jaboneros, Sergio Gabriel Toro y Rubén Alberto Olalla, quienes están acusados de integrar una red de trata de menores que explotaba a niñas y adolescente sexualmente en una quinta del gremio, ubicada en Villa Luzuriaga, en el partido bonaerense de La Matanza.
Por este caso, ya hay otras tres personas detenidas: Pablo Escobar, Araceli Sandra Di Pascua y Diego Adrián Peralta Núnez. Fuentes del causa detallaron que se trata de los encargados de administrar la quinta del sindicato de Jaboneros, que se la conoce como Mimará. Para la Justicia, estas personas eran las encargadas de captar, engañar a las víctimas y amenazarlas para que cumplieran sus órdenes.
Hasta el momento, la Justicia cuenta con al menos 14 casos en donde niñas y adolescentes contaron que fueron captadas por falsas promesas de trabajo, ya sea para camareras o tareas de limpieza, pero luego fueron esclavizadas y explotadas sexualmente bajo amenazas. Según las primeras informaciones, las víctimas tienen entre 14 a 22 años y los hechos habrían ocurrido desde octubre de 2016 hasta la actualidad.
El principal imputado, Pablo Escobar, tiene como antecedente una condena de más de 20 años por violación, quien si bien no tienevinculos formales con el sindicato, operaba en uno de los predios del gremio. «Una vez que llegaban al lugar, a las chicas las encerraban, le mostraban fotos de sus familiares y bajo amenazas de matar a alguno de ellos, las obligaban a prostituirse», señaló una fuente del causa.
Las ofertas laborales eran publicadas en Facebook, donde un tal «Magalí Celeste» se presentaba y ofrecía empleo para camareras y empleadas de limpieza. En el aviso, aclaraba que la quinta era de la CGT y que el salón era solo para afiliados. Al presentarse en la entrevista, Escobar les explicaba que en algunos eventos tenían que estar en bikini y que «gente importante de la política» les colocaría propina en la ropa interior.
A través de Cámara Gesell, las víctimas señalaron que si no aceptaban el trabajo, Escobar las amenazaba con armas de fuego y les mostraba fotos de sus familiares. Si ellas no cumplían con sus órdenes, él les advertía que iba a matar a sus allegados. El fiscal Basso explicó que esta red de trata no solo funcionaba en la quinta sino también en hoteles alojamientos de la zona y en el departamento del propio Escobar, que tiene en Morón.
Fuente LaNoticia1.com
