Desde su implementación en 2016, las pruebas Aprender han consolidado una “cultura de la evaluación” en Argentina. Estas evaluaciones nacionales, que alternan anualmente entre los niveles primario y secundario, han permitido un diagnóstico más frecuente y previsible sobre los aprendizajes en Lengua y Matemática. Sin embargo, los resultados continúan mostrando grandes desafíos: bajos niveles de desempeño, significativas brechas socioeconómicas y problemas de representatividad en secundaria.
Un sistema de evaluación más sólido, pero con pendientes
El informe ¿Qué aprendimos de Aprender?, elaborado por Argentinos por la Educación y Educar 2050, y presentado en el XVII Foro de Calidad y Equidad Educativa, revela que las pruebas lograron una mayor cobertura en primaria, pero en secundaria 1 de cada 4 estudiantes no participa, lo que debilita la comparabilidad y la representación.
En términos de resultados, los datos son preocupantes. En Matemática, 8 de cada 10 estudiantes de secundaria no alcanzan los desempeños esperados. Asimismo, los niveles de excelencia son limitados: apenas entre el 10% y el 30% de los estudiantes logran resultados avanzados, con cifras aún más bajas en evaluaciones internacionales. En algunas provincias, no se registra ningún estudiante en el nivel más alto en Matemática.
Impacto de la pandemia y las brechas socioeconómicas
La pandemia dejó una marca evidente: en la mayoría de las materias, los niveles de aprendizaje no han vuelto a los estándares prepandemia. En Lengua, por ejemplo, los niveles más bajos de desempeño aumentaron, mientras que en Matemática las dificultades persisten desde antes de 2020.
Las desigualdades socioeconómicas agravan el panorama. La brecha entre los estudiantes más pobres y los más ricos varía entre 29 y 36 puntos. Aunque ha habido una leve reducción en Matemática, esta diferencia sigue creciendo en Lengua, reflejando desigualdades estructurales.
Recomendaciones para el futuro
Para consolidar esta “cultura de la evaluación” y mejorar su impacto, el informe propone:
Previsibilidad: Definir con anticipación las materias, grados y años que serán evaluados.
Diversidad de indicadores: Evitar que los informes se enfoquen solo en los resultados negativos e incluir más aspectos en el análisis público.
Revisión técnica: Analizar las diferencias entre los resultados nacionales y los internacionales, sin perder la comparabilidad histórica.
Fortalecimiento provincial: Desarrollar capacidades locales de evaluación para reducir la dependencia del gobierno nacional.
El desafío de transformar los datos en acciones
Argentinos por la Educación, una organización plural y federal, sostiene que los datos son una herramienta clave para mejorar la educación. Sin embargo, la transformación educativa requiere no solo diagnósticos, sino acuerdos y acciones concretas.
En un contexto donde las desigualdades persisten y los niveles de aprendizaje no alcanzan los estándares deseados, el desafío no es solo evaluar, sino también actuar. Las pruebas Aprender son una base sólida, pero necesitan ser el punto de partida para cambios estructurales en el sistema educativo argentino.