Un devastador incendio arrasó con el jardín de infantes del colegio del Sur, ubicado en la intersección de Sarmiento y Berlín, en Longchamps, durante la madrugada. El fuego provocó graves daños en las instalaciones y dejó a toda la comunidad educativa y vecinal sumida en el desconcierto y la tristeza.
Para combatir las intensas llamas, trabajaron arduamente tres dotaciones de los Bomberos Voluntarios de Almirante Brown, con el apoyo de Defensa Civil y personal policial.
A pesar de los esfuerzos, no quedó prácticamente nada del establecimiento. «Es desgarrador ver cómo todo fue destruido. No conformes con robar, también arrasaron con el jardín. Siento una gran impotencia», expresaba uno de los vecinos.
En las primeras horas, las autoridades no pudieron determinar las causas exactas del siniestro, por lo que se espera que la justicia avance con las pericias correspondientes para esclarecer lo sucedido.
Sin embargo, un video de una cámara vecinal según datos revelados desde la investigación, mostraron una escena inquietante: dos personas extrañas fueron vistas saliendo del jardín en horas de la madrugada, lo que ha llevado a indagar el trayecto recorrido por estos dos sujetos.
Los padres y docentes del jardín no pueden ocultar su tristeza y frustración. Muchos de ellos se acercaron al lugar tan pronto como se enteraron del incendio, ofreciéndose a ayudar en lo que fuera necesario.
Sin embargo, las autoridades les han pedido que esperen a que el seguro y la justicia autoricen el ingreso al establecimiento para evaluar los daños y determinar cómo proceder, en este sentido, este lunes desde el municipio un equipo de trabajadores concurriría al lugar para comenzar las tareas de limpieza.
«Es desgarrador para nosotros como comunidad. Este lugar no solo es un jardín, es un espacio de amor y aprendizaje para nuestros hijos, y verlo reducido a cenizas es muy doloroso», comentaba una de las madres con lágrimas en los ojos.
Por ahora, queda esperar las investigaciones oficiales para esclarecer los hechos, mientras el dolor y la indignación siguen creciendo en Longchamps.