Foto: Equipo de BioSynaptica; Marcos Oggero, Milagros Bürgi, Matías Depetris y Ricardo Kratje.
En un esfuerzo conjunto entre investigadores del CONICET y académicos de distintas universidades, se ha puesto en marcha un proyecto innovador en el campo de la neurociencia. El objetivo es desarrollar un nuevo fármaco para tratar enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer, el Parkinson y la esclerosis múltiple, que afectan el sistema nervioso central y provocan un deterioro progresivo en la función motora y cognitiva.
El equipo detrás de este avance científico ha fundado BioSynaptica SA, una empresa de base tecnológica dedicada al desarrollo de un neurofármaco revolucionario. Esta innovación se basa en la modificación de la eritropoyetina humana (hEPO), una proteína conocida por su papel en la producción y circulación de glóbulos rojos, pero también por sus efectos beneficiosos en la protección neuronal y la plasticidad cerebral.
Recientemente, en un hito significativo, el nuevo producto obtuvo la aprobación de su patente en Israel, con la participación activa del CONICET, la Universidad Nacional del Litoral y la Universidad Nacional de San Martín. Esta aprobación representa un paso importante en el camino hacia el tratamiento efectivo de enfermedades neurológicas a nivel internacional.
El desarrollo de este fármaco implica la modificación de la hEPO para anular sus efectos secundarios no deseados, manteniendo intactas sus propiedades neuroprotectoras y neuroplásticas. Los investigadores han logrado optimizar la molécula, preservando su capacidad terapéutica mientras minimizan posibles efectos adversos. Este enfoque ha requerido un profundo conocimiento de la proteína y la aplicación de tecnologías avanzadas para mejorar su actividad biológica.
Además, se destaca la colaboración interdisciplinaria entre diferentes laboratorios de investigación, como el de Neurobiología Molecular y Celular a cargo de la investigadora Camila Scorticati en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín. Este trabajo conjunto ha permitido realizar pruebas exitosas en modelos animales, tanto in vitro como in vivo, allanando el camino hacia futuros ensayos preclínicos y clínicos.
A medida que este prometedor fármaco avanza en su desarrollo, el equipo de investigadores se enfoca en superar los desafíos restantes para llevar el tratamiento a los pacientes que padecen enfermedades neurológicas. La aprobación de la patente en Israel y los próximos pasos planeados reflejan el compromiso de estos profesionales con la innovación científica y el impacto positivo en la salud de la sociedad.