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Científicos de La Plata, entre otros logran determinar el origen de la bandera argentina que se conserva en el Museo Histórico Nacional

 

Un equipo de investigación del CONICET, liderado por expertos del Centro de Química Inorgánica (CEQUINOR, CONICET-UNLP-asociado a CICPBA), ha logrado un importante avance en la espectrohistoria, una disciplina científica que combina el análisis químico y espectroscópico con el relevamiento documental para esclarecer misterios históricos. En este caso, se ha determinado el origen y composición de la Bandera de Ayohuma, una reliquia conservada en el Museo Histórico Nacional de Argentina.

 

Este descubrimiento se suma a los logros previos del equipo, quienes en años anteriores identificaron el color original de dos de las banderas argentinas más antiguas: la ordenada por Bernabé Aráoz en 1814 y la Bandera de Macha, utilizada durante las batallas en el Alto Perú en 1813.

 

La Bandera de Ayohuma fue una de las que el Ejército Auxiliar del Alto Perú, bajo el mando del general Manuel Belgrano, ocultó en una capilla del paraje Titiri para evitar que cayeran en manos enemigas. Descubierta en 1883, fue trasladada al Museo Histórico Nacional, donde ha permanecido hasta hoy.

 

El estudio realizado por el equipo de investigación del CONICET, dirigido por la Dra. Rosana M. Romano, reveló que la Bandera de Ayohuma comparte origen, composición y color con su hermana conservada en la Casa de la Libertad en Sucre, Bolivia. Ambas utilizan seda teñida con índigo, un colorante de origen europeo que ingresó al país por el puerto de Buenos Aires.

 

Los análisis químicos y espectroscópicos llevados a cabo por el equipo fueron fundamentales para determinar la naturaleza de los tejidos y el tipo de tintura utilizada. A pesar de la antigüedad de las telas, que conservan poco de su apariencia original, los investigadores lograron identificar el colorante y su origen.

 

Este descubrimiento arroja luz sobre un aspecto crucial de la historia argentina y refuerza la importancia de la espectrohistoria como herramienta para desentrañar los misterios del pasado. El trabajo de investigación, publicado en la revista científica Journal of Molecular Structure, representa un hito en el estudio de nuestro patrimonio histórico y cultural.

 

 

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