En un desafortunado giro de los acontecimientos, Williams Alexander Tapón, el agresor del árbitro quien le pegó una patada en la cabeza y cuyo video se volvió viral el pasado lunes, decidió poner fin a su vida antes de que las autoridades policiales pudieran arrestarlo bajo la acusación de «homicidio agravado por alevosía en grado de tentativa en el contexto de un espectáculo deportivo».
Según las primeras versión, Williams se habría suicidado a la altura de las calles General Paz y Heredia en Gerli, donde se disparó en la cabeza, hecho que fue informado a la policía mediante un llamado al 911 está noche.
El árbitro agredido, cuya identidad ha sido confirmada como Cristian P., ratificó la denuncia que se inició de oficio tras el incidente violento. Luego de recuperarse de las lesiones sufridas, se presentó ante las autoridades correspondientes para brindar su testimonio. La causa está siendo tramitada por la UFI 4 de Avellaneda, a cargo del fiscal Mariano Zitto.
El hecho ocurrió el pasado domingo durante un partido del torneo «Estación 98» en un complejo de canchas de césped sintético ubicado en Bartolomé Mitre 3951. Después de que el árbitro expulsara a un jugador, su compañero reaccionó con extrema violencia, propinándole una fuerte golpiza que lo dejó inconsciente en el suelo.
El video impactante de la agresión se viralizó rápidamente en las redes sociales, generando una amplia repulsa por parte de quienes presenciaron semejante acto de violencia. El agresor, en una entrevista transmitida por Telefe Noticias, expresó disculpas por su comportamiento, manifestando arrepentimiento por su acción violenta.
Ante este lamentable suceso, la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (APREVIDE) habia informado que el agresor, perteneciente al equipo amateur «La Cortada», iba a ser sancionado con el derecho de admisión de por vida en espectáculos deportivos en la Provincia de Buenos Aires.
Eduardo Aparicio, titular de APREVIDE, había informado que buscaba con este organismo mediante el ámbito legal correspondiente, que el agresor no pueda participar nunca más en torneos amateurs, como parte de los esfuerzos por erradicar la violencia en el deporte y garantizar la seguridad de árbitros y jugadores en el campo de juego.