Durante la procesión la Virgen fue escoltada por el guardacostas GC- 79 Río Deseado de Prefectura Naval Argentina y por una gran cantidad de embarcaciones de la comunidad náutica, a su vez, desde la costa de Paseo Victorica, los fieles saludaron su paso agitando pañuelos blancos y amarillos. Todo el trayecto fue acompañado por un espectáculo folclórico a cargo de las agrupaciones: Huellas de Tradición, Alma Santiagueña y De lo Nuestro.
El acto central -en Lavalle, entre Paseo Victorica y Carlos Pellegrini- comenzó con palabras de «Cote» Quijano, quien destacó que el Honorable Concejo Deliberante de Tigre sancionó una ordenanza que declaró de interés legislativo municipal los 250 años de la primera parroquia de Tigre.
Por último, se llevó adelante un show de luces que cautivó a toda la multitud presente. Esta modalidad de celebración con elementos multimedia se adoptó en 2019, cuando el intendente Zamora firmó un decreto que estableció la suspensión de fuegos artificiales en actos oficiales y espectáculos públicos del Municipio. En sintonía con esa decisión, este 2022 el jefe comunal decretó la prohibición del uso y comercialización de pirotecnia en el distrito, con el objetivo proteger a personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA), niños y adultos mayores, así como evitar daños a mascotas y fauna en general.
En Tigre, desde 1854 cada 8 de diciembre se venera a la Virgen, y a partir de 1949 se integró la procesión náutica como parte de la celebración. En el 2007 los festejos tomaron mayor relevancia gracias al trabajo articulado del Municipio con la comunidad católica, quienes recuperaron los valores religiosos de la conmemoración con un perfil popular.