La madre del niño de 12 años que fue herido de un balazo en el rostro por delincuentes que quisieron robarle cuando volvía desde el colegio hacia su casa de la localidad bonaerense de Ciudad Evita, partido de La Matanza, consideró hoy que los atacates actuaron por «pura maldad», ya que no entiende por qué le dispararon si «no le sacaron nada».
Además, la mujer se mostró agradecida con la comerciante que ayudó a su hijo los instantes posteriores a que fuera herido y lamentó que otras personas lo hayan ignorado.
“No puedo dejar de agradecerle todo. Mi hijo la recuerda. Él dice que la chica fue muy amorosa y que era como yo”, le dijo entre lágrimas Natalia, la mamá del nene de 12 años herido, a Jessica, la empleada de la pollería que lo asistió luego de que dos delincuentes le dispararan en el rostro en un asalto.
Además, en declaraciones al canal Todo Noticias, Natalia lamentó que otras personas no asistieron a su hijo al verlo con sangre en el rostro.
“Me dijo que cuando entró al supermercado chino, no le dieron bolilla. ¿Qué corazón tienen estas personas? Era un niño con uniforme de colegio”, expresó con indignación.
Sobre la situación, la mujer que asistió al niño, Jessica, afirmó emocionada que hizo “lo que había que hacer”.
“El chico se estaba desangrando y te vienen a preguntar si le vinieron a robar. Los vecinos rodeaban y miraban nada más. Cuando pedía un trapo para cubrirle la herida nadie era capaz de sacarse el buzo para parar la hemorragia”, reflexionó la comerciante.
Por otro lado, la maestra del niño baleado, Daniela, denunció que «no hay presencia policial» en los horarios de mayor concurrencia de la escuela.
«Tendría que haber patrulleros en los horarios de movimiento. No hay cordón de seguridad para los chicos. Sería importantísimo, al menos en los horarios de entrada y salida de los chicos. Ellos entran de noche y salen de noche», dijo en diálogo con Canal 13.
En ese sentido, la docente afirmó que «se terminó la libertad para los niños» como consecuencia de los constantes hechos de inseguridad en la zona.
«A todos nos da una gran impotencia que los niños no puedan hacer su vida tranquilos y juntarse con sus amigos o hacer actividades. Es tristísimo lo que vivimos», contó Daniela.
Con una opinión similar, una vecina de la zona, Matilda, manifestó que vio en varias oportunidades cómo los alumnos del colegio eran víctimas de robo al salir de clases.
«El robo es el pan nuestro de cada día», remarcó con ironía Matilda en declaraciones al canal de noticias La Nación +.
