El Ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires habilitó los períodos de caza deportiva mayor y menor dentro del territorio bonaerense, con los permisos y restricciones del caso, con el objetivo de regular la actividad cinegética, garantizar la preservación de los recursos naturales y llevar adelante un control poblacional de determinadas especies.
A partir de una disposición oficial, la Dirección Provincial de Fiscalización Agropecuaria, Alimentaria y de los Recursos Naturales autorizó la caza deportiva mayor de ciervo axis (Axis axis), antílope (Antílope cervicapra), jabalí (Sus scrofa), ciervo dama (Dama dama), ciervo colorado (Cervus elaphus) y cabra salvaje (Capra sp.) desde el próximo lunes 16 de mayo al 31 de diciembre de 2022 en los cotos inscriptos en el registro provincial. A su vez, estas especies podrán cazarse sin límite de piezas.
La Dirección Provincial de Fiscalización Agropecuaria, Alimentaria y de los Recursos Naturales es el área encargada de fijar las zonas y períodos de caza y veda con miras a la protección de la fauna silvestre y el control de las especies dañinas o de las plagas que afectan a la producción agropecuaria.
Es importante señalar que la caza deportiva mayor genera una cadena productivo-económica de importancia, especialmente en los municipios que presentan cotos de caza mayor inscriptos en el registro provincial. La habilitación de la actividad permite generar un control poblacional de las especies que se encuentran dentro de los límites de los establecimientos habilitados para caza mayor, a fin de disminuir el riesgo de escape de especies exóticas hacia los ambientes naturales y/o sectores productivos circundantes.
Al mismo tiempo, la cartera agraria habilitó la caza deportiva menor de la liebre europea (Lepus europaeus) hasta 10 ejemplares por día y por cazador; de la perdiz chica común o inambú común
(Nothura maculosa) hasta 6 ejemplares por día y por cazador; y de la paloma torcaza (Zenaida auriculata), hasta 10 ejemplares por día y por cazador.
Por otro lado, se fijaron como zonas de veda todas aquellas expresamente solicitadas por los municipios mediante nota formal dirigida al MDA; las Reservas Naturales de la provincia de Buenos Aires; el Delta del Río Paraná; los ejidos de las ciudades, pueblos, lugares urbanos y suburbanos, caminos públicos y todas aquellas áreas concurridas por público; y áreas declaradas en estado de emergencia y/o desastre agropecuario por inundación o sequía.
Finalmente, cabe recordar que para la práctica de la caza deportiva mayor y menor se debe contar con la licencia correspondiente para cada una y utilizar exclusivamente armas de fuego cuya tenencia, transporte y portación fueran debidamente autorizadas por la autoridad competente de conformidad con lo establecido en la Ley de Armas y Explosivos de la Nación.
Asimismo, en el caso de la caza deportiva menor, se deberá tener un permiso escrito del/la propietario/a, ocupante o tenedor/a legítimo/a del campo en el que se practicará la actividad, sus encargado/as o responsables, como así también utilizar vehículos con sistema de identificación de acuerdo a la normativa que fijen al respecto las autoridades municipales.
La palabra de una protecciónista
En base a esta decisión, Victoria González, proteccionista de animales de zona sur del conurbano, explicó a Inforbano una de las tantas complicaciones que genera esta medida.
«Con este tipo de cuestiones se maneja mucha impunidad, mientras que la policía no está bien informada de cuánto y cómo son los requerimientos para este tipo de caza, esto permite que cualquiera vaya y mate por matar lo que quiera» expresó.
Luego, añadió «con este tema hay mucha falta de información, lo vimos en casos como algunos cazadores en el Parque Pereyra Iraola, entre otro lugares, por suerte algunas autoridades se mueven y se informan pero después que paso el hecho, se necesita una campaña más pronunciada en lugares donde haya ejemplares para este tipo de prácticas».