La atleta Evangelina Arias conquistó una nueva meta importante en su carrera al completar una ultramaratón en la Sierra de la Mantiqueira en Brasil: la más exigente de Sudamérica y la tercera a nivel mundial.
La integrante del equipo federado municipal -oriunda del barrio Monte Cudine- culminó el recorrido de 217 Km. en 60 horas -aunque el límite estipulado fue 72- en un circuito ubicado en el estado de Minas Gerais donde atravesó caminos de tierra, bosques, cascadas, asfalto, senderos dentro de haciendas y vías férreas.
¿Cómo te sentiste al cruzar esos lugares?
Sorprendida. Por momentos, no podía creer que me encontraba en semejantes sitios. Observé los paisajes, caminé totalmente plena y feliz. No me importaron los dolores ni las dificultades.
¿Qué fue lo que más te gustó de la prueba?
Las sensaciones por las que pasé; el encuentro conmigo misma tanto física como mentalmente; cada kilómetro transitado en el “Camino de la Fe”, réplica del tramo de Santiago de Compostela en España, donde, en todo momento, recorrieron la zona peregrinos tanto para buscar a Dios como venerar a la Virgen de la Aparecida.
¿Cómo llevaste a cabo tu preparación?
Me preparé igual que siempre: 6 días a la semana con una rutina aeróbica y gimnasio, donde mi entrenador específicamente me dio un plan personalizado, exigente. Si bien él estuvo en Uruguay, realizó un seguimiento constante. Mi última jornada de ejercicios, el 25 de diciembre, fue en un trayecto de 100 Km. sobre las costas uruguayas para ultimar detalles.
¿Cómo llegó la convocatoria?
No podía creerlo; no sólo había que enviar un Currículum Vitae deportivo acorde, sino pasar por una instancia de selección en la que jueces argentinos evaluaron todo. Luego, transmitieron los datos a la organización. Cuando me dieron el visto bueno, inmediatamente me puse con la planificación atlética y mental.
¿Tus compañeras y compañeras del equipo federado del Municipio te apoyaron?
Sin dudas, resultó lo más valorable porque sola no hubiese tenido estos logros, un grupo humano que brindó su apoyo.
