Especialistas del Hospital de Clínicas alertan sobre las consecuencias del uso excesivo de auriculares durante el confinamiento. El home office y las clases virtuales son las principales causas apuntadas. 

“La hipoacusia, sordera o deficiencia auditiva, es un trastorno sensorial que consiste en la incapacidad para escuchar sonidos, y que dificulta el desarrollo del habla, el lenguaje y la comunicación” sostiene la fonoaudióloga Mirta Sterin, jefa del sector de Audiología del Hospital de Clínicas. 

“La pérdida de audición puede existir ya en el momento del nacimiento (causas congénitas), como factores hereditarios o no hereditarios o complicaciones en el embarazo o en el parto. y también puede suceder a cualquier edad (causas adquiridas).

  • El envejecimiento. 
  • Padecer infecciones crónicas del oído
  • Padecer traumatismos craneoencefálicos o de los oídos.
  • Exponerse a un ruido excesivo

Los motivos de consulta más frecuentes son los síntomas de otitis media (dolor de oído, supuración), los zumbidos (acúfenos), dificultad para entender conversaciones en ruido. La población adulta suele referir que “escucha pero no entiende”, dice la profesional del Clínicas.

La fonoaudióloga del Hospital de Clínicas sostiene que “el uso de auriculares a intensidades elevadas y/o tiempo prolongado pueden ocasionar daño auditivo. Con la pandemia y el home office, el uso de auriculares para las reuniones virtuales, clases se vió incrementado, pudiendo tener consecuencias negativas en la audición. Durante el 2020 junto con el aislamiento aumentaron las consultas por acufenos y mareos. Debido al contexto de pandemia, muchas consultas no urgente fueron pospuestas (calibraciones de audífonos) La exposición a sonidos fuertes, independientemente de su duración, provoca cansancio en las células sensoriales auditivas, lo que da lugar a una pérdida temporal o permanente de la audición y/ o acúfenos (sensación de zumbido en los oídos)”.

“La preocupación por el aumento de la exposición a sonidos fuertes en lugares como bares, cines, conciertos, eventos deportivos e incluso gimnasios es cada vez mayor. Algunos dispositivos, como los reproductores de música, suelen escucharse a volúmenes perjudiciales y durante largos periodos de tiempo. Todo ello supone con frecuencia un grave riesgo de pérdida auditiva irreversible”, indica Sterin.

Se considera que 85 decibel (dB) durante un máximo de 8 horas es el nivel máximo de exposición sin riesgos. El espacio de tiempo máximo admisible disminuye a medida que aumenta la intensidad del sonido. Por tanto, un ruido que alcance los 100 dB —el nivel producido por un tren subterráneo— únicamente se puede escuchar sin riesgo durante 15 minutos al día.

Trabajadores expuestos a ruidos intensos sin protección auditiva (fábricas, talleres, minas, etc), personas con predisposición genética, personas que utilicen auriculares frecuentemente..

¿El ruido de las grandes ciudades puede agravar la situación? “Absolutamente, sobre todo en ciudades con escasa regulación de la contaminación sonora o pobre aplicación de estas regulaciones, como lo es CABA. Los transportes públicos tienen elevada intensidad de ruido (motores, bocinas, alarmas y mecanismos de aire comprimido). También se registran niveles elevados de ruido en edificios residenciales e incluso de uso público (motores de ascensor, pobre distribución de los sectores, etc)”, advierte Sterin..

¿Qué se puede hacer para prevenir estas lesiones?

  • Mantener un volumen bajo al utilizar dispositivos de audio.
  • Utilizar protección auditiva.
  • Limitar el tiempo dedicado a actividades ruidosas.
  • Tomar períodos de descanso tras la exposición prolongada a ruidos intensos.
  • También la tecnología puede ser nuestra aliada, los relojes inteligentes tienen la opción de sensar la intensidad sonora a la que se está expuesto y emiten un alerta cuando el usuario está en situación de ruido intenso.
  • Realizar controles auditivos.

Existen diferentes dispositivos de ayuda auditiva según cada tipo y grado de pérdida auditiva (OTA, IC, FM, implantes oseointegrados)

El aumento de casos a nivel mundial

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que 1100 millones de jóvenes de todo el mundo podrían estar en riesgo de sufrir pérdida de audición debido a prácticas auditivas perjudiciales.

Más de 43 millones de personas de entre 12 y 35 años padecen una pérdida auditiva discapacitante debida a diferentes causas.

De los adolescentes y jóvenes de entre 12 y 35 años de países de ingresos medianos y altos:

  • Casi el 50% están expuestos a niveles de ruido perjudiciales a consecuencia del uso de dispositivos de audio personales.
  • Alrededor del 40% están expuestos a niveles de ruido potencialmente nocivos en clubes y bares.