El equipo -integrado por vecinos y entidades- es muy solidario, predispuesto y trabaja a toda máquina para producir unos 3.000 delantales médicos de tela impermeable que serán donados al Municipio de San Isidro para evitar la propagación del COVID-19.
Como tienen distintos tipos de máquinas (artesanales e industriales), los voluntarios se distribuyen de manera que cada uno pueda trabajar sin riesgos, tomando las medidas de prevención y distanciamiento necesarias en este contexto.
Así, durante cada semana, algunos trabajan durante horas largas en el taller del Centro de Formación Profesional «Ramón Carrillo» de Beccar, y otros directamente desde sus casas con sus máquinas de coser.
El objetivo es realizar unos 3.000 delantales de tela impermeables para todo el persona de salud que trabaja en las salas de aislamiento para pacientes con COVID-19.
La iniciativa solidaria surgió ante la necesidad y urgencia sanitaria. «Planteamos la idea de fabricar delantales para ayudar desde nuestro lugar al sistema de salud; los voluntarios no lo dudaron y pusieron manos a la obra», contó Ticiana La Mónica, directora general de Acción Social.
Las telas donadas por un comerciante de San Isidro, son de material silver impermeable, que permite que los delantales sean reutilizados por los médicos y enfermeros de los hospitales y centros de salud del distrito. «Los vecinos fueron perfeccionando las técnicas y mejorando los tiempos de confección», destacó Claudia Del Caño, directora del centro «Ramón Carrillo».
El municipio articula una red de voluntarios compuesta por vecinos de las distintas localidades del Partido, ONG, clubes de barrio, grupos de Boy Scouts y personal municipal.
«Queremos estar donde surge la necesidad, confeccionamos 120.000 barbijos caseros y ahora vamos por 500 delantales médicos», completó Macarena Posse, a cargo de la coordinación entre el municipio y las entidades intermedias y vecinos.
