La Red de Observatorios de la República Argentina dio a conocer un informe titulado Un ALCA silencioso en su etapa final de negociación’. En él se aborda la perspectiva de un acuerdo de libre comercio entre el MERCOSUR y la Unión Europea (UE). Manuel Valenti Randi, licenciado en relaciones internacionales y miembro del Observatorio de Coyuntura Internacional y Política Exterior (OCIPEx), brindó los detalles del informe en el aire de Radio Gráfica.
Valenti Randi explicó que el informe lo realizamos con la Red Observar, un conjunto de centros de estudios y asociaciones civiles de distintos temas, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), y Soberanía Sanitaria.Analizamos cuál sería el impacto de la firma del acuerdo de libre comercio entre el MERCOSUR y la UE.
Básicamente se trataría de un acuerdo estructural que profundizaría y establecería una serie de reglas que destruirían el trabajo, el salario y la industria argentina.
No es un tratado de libre comercio sino un acuerdo integral que si se firma establecería una serie de condiciones muy complejos para la parte más débil, el MERCOSUR“.
El analista también detalló que se plantean cambios en las normas de denominación de origen. Esto quiere decir por ejemplo que pueden ingresar como europeos productos que se producen en otro lado y se les pone la etiqueta final en Europa. Al mismo tiempo extendería las patentes para los productos farmacéuticos y esto encarecería aún más los medicamentos.
Bajaría el 90% de los aranceles nacionales a lo largo de quince años, y el 100% en el mismo período para los autopartistas. Inundarían de productos manufacturados más baratos a nosotros y a Brasil, nuestro principal socio comercial, de modo que ambas economías se verían afectadas. No se reducen las asimetrías ni se establece bajo las redes de la competitividad comercial, y por otra parte las negociaciones no están siendo transparentes, por lo tanto no se sabe bien qué se está negociando“.
Valenti Randi detalló que “las posibilidades de arbitraje para el MERCOSUR en caso de querer examinar las;normas de denominación origen o las reglas fitosanitarias, es decir de tener mecanismos paraarancelarios, quedan limitadas. La UE no renuncia a esos atributos ni hay liberalización del mercado europeo. Y no hay forma de arbitraje porque el gobierno argentino primero dijo que iba a firmar y después empezó a negociar. O sea, arrancó este proceso de rodillas.
Finalmente señaló:“Otro punto es que las empresas europeas piden licitar en nuestro país con si fueran firmas locales, para evadir una herramienta de todos los estados para manejar el gasto y la obra pública. También se pide otra vez la libre navegación de los ríos, y que la pesca se regule no por el país al que pertenece la costa sino según la bandera del buque que pesca, desnacionalizando toda forma de poder extraer nuestras riquezas“.
Fuente: Radiografica.org.ar