Vuelco en el caso del asesinato de Sandra Rivas, una pasajera que falleció de un disparo en medio de un robo en el colectivo 338 el pasado 27 de diciembre del 2018, donde una pericia confirmó que la bala que dio muerte a la víctima salió del arma de un policía de la ciudad que en ese momento repelió a los malvivientes.
Según informa Página 12 en un minucioso desarrollo de la causa, las pericias ordenadas en la causa por el «homicidio agravado por el empleo de armas» de Sandra Rivas, los estudios del alcance de proyectil, más la autopsia al cuerpo, el cotejo de los vainas encontradas en el colectivo y la proyección de láser del balazo mortal, concluyeron que un joven policía que viajaba en ese momento repelió a los disparos contra los delincuentes y uno de ellos atravesó de atrás uno de los asientos donde se encontraba la víctima, quien recibió un disparo en su cabeza.
Al principio, la mujer que estaba sentada al lado de Sandra, entre otros testimonios daban cuenta que los delincuentes fueron los que dispararon , aunque en la causa también hay otras declaraciones opuestas a esta versión, lo que describe la confusión del momento ya que según consta en la causa sumado a los testigos, los delincuentes solo tenían una pistola con un cargador vacío.
Otro de los datos más llamativos, es que en declaraciones de la hija de Sandra, después del hecho, al revisar la cartera de su mamá encontró proyectiles FLB, los cuales portaba el agente de la ciudad, mientras que otra mujer perteneciente a la policía bonaerense que también viajaba en la unidad que intentó persuadir a los malvivientes, se comprobó que no disparó su arma.
Con respecto al policía de la ciudad, se sabe que se recibió 16 días antes del robo en «La Costera» , y que quedó imputado por el homicidio aunque sigue en libertad.
El robo se produjo el 27 de diciembre a la tarde en un interno de la línea 338, en Ruta 4, entre Olimpo y Condie, en el límite de los partidos de Lomas de Zamora y Esteban Echeverría, a una cuadra del Riachuelo y a 30 de la feria La Salada.