Todo comenzó este lunes, pero la según los datos que se desprenden de la causa, ya habría varios hechos de violencia de género, donde Soledad Marcos (32) discutió con su pareja, Juan Chirino (27) y allí la frase de «no te quiero volver a ver» habría resonado en este hombre que hoy desató una tragedia.
Tal como describen vecinos de la zona, sabían de una relación enfermiza, donde los celos de él y reclamos a los gritos generaban las peores reacciones, pero el desenlace fatal de esta mañana era algo inesperado en el barrio, un macabro asesinato en la casa familiar ubicada en las calles 116 entre 529 y 530 en Tolosa .
Soledad con heridas en su rostro salió a la calle en pedido de ayuda, y allí una sirena vecinal señaló que desde la casa de la joven había accionado el dispositivo por lo cual la policía acudió al lugar. La escena con la que se encontraron fue dramática, el pequeño Ciro de 10 años, estaba tendido en la cama con un cuchillo clavado en su pecho y despiadadamente tomó su revólver, baleando en la cabeza a su hijastro.
Luego, intento hacer lo mismo con Soledad pero solo logró herirla en uno de sus oídos y pómulo, al perpetrar su macabro plan se encerro en una de las habitaciones de la casa aguardando cualquier resultado.
Soledad fue trasladada al Hospital San Martín donde su estado es reservado, pero las escenas dramáticas no terminaron ahí.
El padre biológico de Ciro, al recibir mensajes de texto por parte de Chirino que adelantaba los asesinatos, tomó su camioneta Peugeot Partner y a muy alta velocidad trato de llegar al hogar para evitar la tragedia que ya había sucedido, pero en la la esquina de 521 y 141 su vehiculo choco a otro dando un vuelco.
El hombre fue trasladado al hospital mas cercano con fuertes golpes en la cabeza, y minutos mas tarde los agentes que actúan en esta causa se enteraron que el otro vehiculo con el cual colisiono era el del juez que interviene en el asesinato de Ciro.
Aun se trata de establecer que destino tendrán los otros 3 niños, hijos de Chirino y Soledad, que podrian haber sido testigos del cruento hecho.