El antropólogo y profesor de la UNTREF, recientemente fallecido, fue recordado en el marco de la jornada inaugural de la Especialización en Estudios Indoamericanos.
En un evento cargado de emoción, uno de los más reconocidos exponentes de los estudios indoamericanos y militante de las causas indígenas en nuestro país, Carlos Martínez Sarasola, fue recordado por su labor académica, generosidad y compromiso político, entre otros atributos reconocidos por todos los que se acercaron al Auditorio de la Sede Rectorado Centro de la UNTREF. Entre ellos, León Gieco, allegado a la familia Sarasola, que dijo haber “aprendido mucho” durante la jornada y lamentó “no haber podido disfrutar más a Carlos”, a quien le dedicó tres de sus más conmovedoras canciones: “El desembarco”, “Cinco siglos igual” y “El país de la libertad”.
El rector de la UNTREF, Aníbal Jozami, resaltó que “para nosotros fueron sumamente importantes la presencia de Carlos y el hecho de que nos haya elegido para radicar acá sus investigaciones y su trabajo intelectual comprometido”. Y completó que “es responsabilidad de nuestra Universidad seguir adelante con su obra”. En ese sentido, el director de la Maestría en Diversidad Cultural, Hamurabi Noufouri, se refirió a la Especialización en Estudios Indoamericanos, de la que Sarasola era coordinador y artífice.
“Con Carlos compartíamos una mirada: abrir todas las tradiciones y culturas a los intercambios y mostrar que pueden continuar interaccionando de forma pacífica, permitiendo una mirada integradora en contraposición a una separatista”, comentó sobre lo que motivó la creación del espacio, que cuenta con un cuerpo docente mixto. “Una sociedad como la nuestra no puede reducirse a una única tradición, raza o religión”, expuso, asegurando que “muchos de nosotros pertenecemos a una tradición indígena anterior a la existencia de la Argentina”.
La directora del Laboratorio de Investigaciones en Antropología Social de la Universidad Nacional de La Plata, Liliana Tamagno, enfatizó que el legado de Sarasola ha sido poner de relieve lo colectivo comunitario. “Debemos unirnos tomando distancia de las violencias que atraviesan nuestra sociedad, guiados por una lógica de la reciprocidad, el don que se opone a la lógica de la competencia, de grupo y del capitalismo. La antropología tiene un deber allí”, señaló.
La última pareja de Sarasola, Ana María Llamazares, con quien compartió una gran cantidad de iniciativas vinculadas a los pueblos originarios, dijo que “fue mi más importante compañero de aventuras existenciales”. Uno de esos proyectos en los que se embarcaron juntos fue la Fundación Desde América, a través de la cual organizaron las Jornadas de Indígenas en la Ciudad de Buenos Aires en 1994. “Ahí se concretó esta idea de la convergencia, de poder unir los mundos indígena y occidental, en un encuentro que fuese genuino, basado en el acercamiento mutuo”, rememoró la investigadora del CONICET y docente de la UNTREF.
Precisamente en esas jornadas Sarasola se conoció con Luis Pincén, lonko del Lof Vicente Catrunao Pincén, con quien mantuvo una relación entrañable. “Nosotros tenemos la idea de que caminamos hacia el pasado, es una mirada sobre el tiempo, en la cual el futuro está atrás, el presente es efímero y adelante están nuestro orígenes, el lugar hacia el cual tenemos que volver”, explicó Pincén acerca del trabajo de reconstrucción que viene encarando su comunidad. “Vivimos en un mundo occidentalizado, por eso no es fácil hallar ese camino”, afirmó, y comentó que en ese tránsito se encontró con “un amigo que se dio cuenta de las injusticias que estábamos viviendo”.
Pincén relató que los hermanos mapuches de Neuquén los invitaron a su rogativa. “Carlos era blanco, muy blanco, los demás lo miraban y él humildemente agachaba la cabeza, hasta que se supo ganar el respeto de todos. Lo rebautizamos como jaguar colorado”, compartió con los asistentes. Además de todos ellos, lo recordaron Darío Hermo, Morita Carrasco, Diana Lenton, María Christina Messineo, Juan Tangari, Rosalía Gutiérrez, Basilio Soria Agurapire y Paula Lanusse. Del homenaje también participaron su hijo Lucas, amigos y alumnos.
Sarasola era un gran aficionado a la música y por eso en su homenaje hubo presentaciones a cargo de Carina Carriqueo, Beatriz Pichi Malen y Alejandro Iglesias Rossi junto la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías.
