Vive en Ensenada, tiene 68 años y dona desde los 18. El miércoles, Día Mundial del Donante de Sangre, el ministerio de Salud de la Provincia le dará un reconocimiento en el Instituto Provincial de Hemoterapia.
A los 68 años, José Luis Martínez goza de una vitalidad envidiable: corre, camina y anda en bicicleta sin parar. Una vez al año, incluso, hace 130 kilómetros a pie y en bici para ir desde Ensenada, donde vive, hasta la basílica de la Virgen de Luján. Pareciera que su arraigada costumbre de donar sangre 4 veces por año lo hubiera revitalizado: “Eso y haber dejado de fumar”, asegura con una sonrisa orgullosa.
Como este año llegó a la donación de sangre número 100, el ministerio de Salud de la Provincia le dará este miércoles, Día Mundial del Donante, un reconocimiento en el Instituto Provincial de Hemoterapia de La Plata, ubicado en calle 15 esquina 66, que para José es su segundo hogar.
Con cinco décadas como donante voluntario, los especialistas en hemoterapia calculan que José donó unos 40 litros de sangre, el equivalente a la cantidad que tienen en su cuerpo la suma de unas 8 personas.
CÓMO EMPEZÓ
Cuando se le pregunta cuándo comenzaron sus ganas de dar sangre se acuerda de Olga, su hermana ya fallecida. “Ella siempre estaba dispuesta y era muy solicitada porque tenía un factor de sangre poco común: el RH negativo”.
La sangre se compone de cuatro elementos: plasma, plaquetas, glóbulos rojos y blancos. En una donación se extraen 400 mililitros que pueden ayudar a tres personas adultas o a cuatro niños. En un trasplante, una cirugía compleja, en pacientes hemofílicos o que han sufrido grandes hemorragias la sangre donada es crucial para sobrevivir.
“A los 18 años doné por primera a vez para una chica conocida y me sentí muy bien”, recuerda José. A partir de ese día decidió que nunca iba a dejar de hacerlo.
En Argentina se realizan alrededor de 5.000 transfusiones de componentes sanguíneos por año. Los especialistas del Instituto cuentan que un adulto tiene entre 4,5 y 6 litros de sangre, el 7% de su peso.