Dirigentes de la provincia de Buenos Aires alineados con el exministro de Interior y Transporte Florencio Randazzo volvieron a mostrarse juntos en Zárate en una nueva demostración de fuerzas al interior del peronismo, ante una eventual interna contra el kirchnersmo.
Se trató de una recorrida por la planta automotriz que tiene Toyota en ese distrito, y que sirvió como excusa formal para lograr una nueva foto de unidad de dirigentes de distintos espacios como el Grupo Esmeralda de intendentes, el Movimiento Evita y el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), quienes plantean una suerte de «renovación» en el peronismo bonaerense que de vuelta la página del kirchnerismo.
Durante el encuentro en Zárate, que culminó con un acto en la sede local de SMATA, estuvieron los diputados nacionales Oscar Romero (bloque Justicialista) y Leonardo Grosso (Peronismo para la Victoria-Movimiento Evita); el senador Juan Manuel Abal Medina (PJ-FpV-Movimiento Evita); los intendentes del Grupo Esmeralda Gabriel Katopodis (San Martín), «Juanchi» Zabaleta (Hurlingham) y Eduardo «Bali» Bucca (Bolívar); y el secretario general de APL y referente del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) Norberto Di Próspero.
También estuvo el presidente del PJ de Chivilcoy, Aníbal Pitelli, quien es un histórico colaborador de Randazzo y su armador político en el interior provincial.
El armado crece en volumen, pero hay algunos referentes que por el momento evita formar parte de las actividades públicas como el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, integrante del grupo Esmeralda, pero con intenciones de volver a ser protagonista de la elección legislativa como en 2013.
En las últimas semanas, estos dirigentes y otros como el expresidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez (quien desea encabezar la lista bonaerense de diputados nacionales) intensificaron las reuniones y las actividades conjuntas para consolidar una corriente propia alrededor de Randazzo, quien sigue demorando su lanzamiento como candidato a senador nacional.
La exigencia de la corriente randazzista -que algunos ya empiezan a catalogar como «La Locomotora»- para que se habilite una primaria abierta se asocia al temor de que, como ocurrió en elecciones precedentes, el sector más afín al kirchnerismo se apodere de la «lapicera» y termine plasmando una lista única que los margine del armado.
«Necesitamos a los mejores representantes de nuestro espacio y candidatos tienen que elegirse democráticamente, no desde una llamada de larga distancia», aseguraron fuentes del MASA a NA, en un tiro por elevación a Cristina Kirchner, a quien acusan de querer digitar las listas.
NA
