La Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte (APreViDe) anunció hoy la prohibición de concurrencia a estadios de fútbol en la Provincia de Buenos Aires para un miembro de la barrabrava disidente de Lanús que «apretó» al presidente de la institución, Nicolás Russo.
Se trata de Matías «Polaquito» Soto, quien no podrá ingresar a los estadios de la provincia de Buenos Aires hasta que la Justicia se expida sobre la denuncia penal de oficio radicada ante la UFI y el juzgado N° 8 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora.
«Estamos al lado de Nicolás Russo y su Comisión Directiva. No vamos a permitir que los dirigentes sean rehenes de los barras», señaló Juan Manuel Lugones, director de Aprevide. Según supo NA, y publicó el miércoles pasado, Matías «Polaquito» Soto siguió en un auto a Russo desde el Concejo Deliberante de Lanús hasta el club.
Cuando llegaba a la institución, lo abordó, pero el presidente le dijo que «no tenía nada que hablar» con él. No obstante, Soto le espetó que por su accionar «debía atenerse a las consecuencias», en una clara amenaza. Lejos de contentarse, el «Polaquito» ingresó al club, amedrentó a otros dirigentes y a uno de ellos le mostró un arma.
El tono desafiante no mermó, porque Soto se tomó fotos en el vestuario y en el campo de juego como forma de proclamarse como líder de la hinchada del «Granate».
Horas después del episodio registrado con la dirigencia del «Granate», Soto baleó el domicilio de Carlos «Repacha» Mollo, actual líder de la facción oficial del club de la Sur de la provincia de Buenos Aires.
Una vez consumado este violento hecho, efectivos de la Policía Bonaerense concurrieron hasta el domicilio del «Polaquito» para detenerlo en el marco de esta causa, en la que se lo acusa de amenazas y abuso de armas.
Sin embargo, esta persona logró escaparse por el techo de su vivienda y se encuentra prófugo.En las últimas semanas, el presidente de Temperley, Hernán Lewin, debió renunciar a su cargo después de haber sido amenazado por barrabravas de su club.
Russo denunció el hecho ante la Aprevide y solicitó que el partido del lunes frente a Gimnasia en la «Fortaleza» se juegue sin hinchas visitantes. Si bien «Polaquito» está apuntado como el jefe de la barra de Claypole, club que milita en la Primera D, hay varios hechos que lo vinculan a grupos violentos de otros clubes de la zona sur del conurbano bonaerense, y está sospechado de participar en situaciones delictivas en favor de otras barrabravas. .
Interna «Granate»
La interna de la barrabrava de Lanús tuvo epicentro el 25 de diciembre de 2014, cuando fue asesinado José «Gallego» Fernández.
En aquel momento, Soto era el jefe de la barra disidente del «Granate» y fue detenido por «tenencia ilegal de arma de fuego», razón por la que fue imputado.
Al año siguiente, empezó a frecuentar la barra brava de Independiente y estuvo involucrado en la lucha interna entre «Bebote» Álvarez y «Loquillo», tomando partido por la denominada «barra oficial».
Lo curioso es que este año, el 1ero de octubre, estuvo vinculado en la interna de la barra de Racing, según las investigaciones policiales en favor de la facción disidente de Villa Corina, que atacó a balazos al grupo denonimado «La Guardia Imperial».
Todo esto, además, mientras era «formalmente» jefe de la barra de Claypole, lo que lo convierte en un auténtico barra multicamiseta.
«Este tipo de violentos no tienen camiseta, viven del delito y pretenden vivir del fútbol», remarcó Lugones, quien, alineado con la gobernadora María Eugenia Vidal y el ministro Cristian Ritondo, denuncia y lucha contra los grupos mafiosos en el fútbol «para terminar con ellos y que la gente pueda volver a la cancha».
NA
