Una mujer de 58 años denunció que la Justicia platense pretende entregarle un cuerpo que se supone es el de su hijo desaparecido en 2010 a pesar de que ella asegura que no es él. «Voy a seguir luchando hasta que Dios me dé las fuerzas para hacerlo», dijo Eva Acosta en declaraciones a un matutino platense.
Claudio Antonio Ibarra, de 41 años, salió de su casa de Los Hornos el 6 de septiembre de 2010. Siete meses después de haber sido visto por última vez, un llamado le informó a Eva que había sido descubierto un cadáver en avanzado estado de descomposición en un descampado de Romero.
«Ese cuerpo fue plantado ahí, no pudo haber estado mucho tiempo en ese lugar. ¿Cómo nadie lo vio antes? ¿Cómo no sintieron el olor?», se preguntó. Sin embargo, como al lado del cuerpo había un DNI que pertenecía a su hijo, y el caso se encaminó para los investigadores.
De hecho, tras dos resultados de ADN que dieron positivo, los restos (prácticamente momificados) fueron entregados a sus deudos, quienes realizaron el velatorio pero no llegaron a enterrarlo ya que, cuando estaban por hacerlo, el Cementerio local se los impidió por falta de papeles legales. .
Dudas
Pese a los seis años pasados sin tener noticias de Claudio, su madre siente que está vivo. Denuncia que la causa pasó por cuatro fiscalías (la 1, 6, 7 y 11) hasta que se archivó.
«Yo no puedo descansar tranquila, tampoco el cuerpo que está en la Morgue y que quieren que retire. Esa persona no es mi hijo y hay otra familia, además de la mía, que necesita respuestas. Ese cuerpo está siendo buscado por alguien, pero nos lo quieren dar a nosotros para cerrar el círculo», manifestó Eva.
«El fiscal Álvaro Garganta, al ver los restos, me puso una mano en el hombro y me dijo que me quede tranquila, que no se trataba de mi hijo, porque los huesos de ese individuo pertenecían a alguien de entre 25 y 29 años, y mi hijo tiene más de 40. Es imposible confundirse con eso», agregó.
Otro punto que enumera es que el cadáver estaba ya putrefacto, cuando en realidad (de ser su hijo) llevaba siete meses, como máximo, muerto. «Dijeron que hacía mucho calor y eso aceleró el proceso de descomposición; no se pudo reducir a cenizas en tan poco tiempo», explicó.
«Nunca me dijeron la causa de la muerte y no me lo dejaron ver. Solo lo vio el cuñado de su expareja, que es policía». Y acá también desconfía, porque la expareja de Claudio «lo había denunciado por un hecho falso. La única persona que lo reconoció fue el cuñado, quien lo había metido en problemas».
A la causa, ya archivada en la UFI 1, solo le resta un paso: que Eva, de 58 años, retire el cuerpo de la Morgue y le dé sepultura. Sin embargo, ella va a luchar para llegar a la verdad, «pese a que estoy enferma».
Jura que no es su hijo e hizo hincapié en que «fue visto por vecinos, años atrás ya, en una doma que se hizo en Los Hornos. Pienso y siento que está vivo y que lo voy a encontrar, por eso sigo luchando. Desde que no está, la que no puede vivir soy yo. Quiero abrazarlo, lloro por él todas las noches».
En cuanto a la investigación, es consciente de que, junto a los restos, estaba el documento de Claudio, «pero es fácil tirar un DNI al lado de un cuerpo. Yo creo que mataron a un chico y lo quieren hacer pasar por mi hijo. Además, también se encontró (en la escena del crimen) un celular que no pertenecía a él».
Por último, contó que se acercó hasta ella personal de Derechos Humanos, donde «me recibieron tres asistentes», y también radicó una denuncia en la Corte Suprema, hasta el momento sin respuesta.
NA