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Berisso: un hombre de 30 años falleció porque la ambulancia se encajó en el barro

Otra vecina nos cuenta: «Cuando estaba embarazada empecé a ir a cada vez que llovía al Corralón Municipal para pedir que aunque sea tiren un poco de escombro, y me decían ‘Volvé un día que esté lindo y acompañá al camión hasta la hormigonera y mostrále en qué calle tirar’, y yo volvía los días lindos pero siempre pasaba algo que no podían venir. Hoy mi hijo tiene 4 años; nunca vinieron».

Al ser consultados sobre la actual gestión contestaron: «Como los anteriores, vienen solo cuando están en campaña (…) Pero éstos lo primero que hicieron fue aumentar los impuestos municipales. Yo pagaba 50 pesos y ahora pago 150 por mes ¿a vos te parece que se puede pagar 150 pesos por esta mugre? ¿150 pesos y vivir así?» relata otro vecino mientras señala el barro que hace imposible cruzar de un lado al otro la calle.

El hombre es José Albornoz, de 30 años. Vivía en la calle 18 entre 148 y 149. Quienes conocen el barrio saben que cuando llueve, se vuelve impenetrable. Es muy difícil transitar en auto, no pasan los camiones recolectores de basura, ni hay veredas para trasladarse a pie. 

Una vecina contó  que llamaron a emergencias cuando el hombre aún estaba vivo: «Vino una ambulancia, pero se encajó a una cuadra de la casa; la médica corría por todo el barro llevando y trayendo cosas para reanimar al muchacho, hicieron todo lo posible, pero murió en su casa porque no lo pudieron trasladar al hospital». Otro vecino agrega que «Mientras la doctora lo atendía, algunos intentábamos sacar la ambulancia del barro, bajo la lluvia, y seguíamos llamando para pedir otra ambulancia. Del hospital nos pedían que lo mandemos con Defensa Civil, pero no podíamos porque estaba todo entubado, había que trasladarlo sí o sí en ambulancia… Y la otra ambulancia demoró 40 minutos más en llegar. Ya era tarde».

Elegir entre barro o agua

Estos vecinos llevan muchos años reclamando el asfalto en el barrio. Cada vez que llueve tienen que caminar dos cuadras en el barro para llegar al cemento. Hace algunos años fue asfaltada una calle paralela (18) pero como pudimos constatar al acercarnos al lugar, confirmamos que sucede lo que en casi todos los barrios de la ciudad: cuando llueve, la calle se inunda porque el agua no tiene por dónde drenar.

 

Fuente:  La Izquierda Diario

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